domingo, 28 de julio de 2013

ÁRBOL GRANDE Y MISIONERO



Desde su semilla originaria;
desde su cuna de tierra fértil
se formó el árbol fuerte
que hoy cautiva nuestra mirada.
Con su tupido follaje nos da sombra,
y con los frutos que lo adornan nos da la vida.
Su copa es amarilla, su tronco es azul y sus raíces rojas;
porque él viene de la riqueza profunda de estos suelos;
de estos mares, de estos ríos, de estos cielos;
porque él viene del sufrimiento
de los que murieron y vencieron.
¿Quién podrá socavar la fortaleza de este árbol bueno?
Que digan las estrellas que lo alumbran
sus ochos verdades en una,
y se detendrá la furia del leñador esclavo que,
con la venia de su amo,
destruye sin compasión ninguna.
Árbol grande, árbol bello:
tú creciste bajo al amparo del cielo.
Tu madre es la Patria que te formó en su seno.
Tu padre somos todos...
Tu padre es el pueblo.
Sigue nutriéndote con los valores
 y costumbres de tu tierra y,
cuando quieras bailar,
hazlo al cómpas de nuestra música...
No cambies tu identidad por una hojarasca extranjera.
Si naciste en libertad,
¿porqué morir con cadenas?
Nunca te afanes por el lucro que
enceguece la conciencia.
Haz valer tu folklore, tu cultura y tus creencias,
y lucha con devoción por los pobres de esta tierra.
Árbol grande, árbol bello:
en ti está depositada la fe de tu pueblo.
Tú eres un árbol más de tantos
que hoy son misioneros...
¿Qué esperan los pobres de ti, sino que seas un guerrero?
Saca tu lanza y cierra contra el capitalismo del everno.
Tensa tu arco y no falles el blanco.
¡Qué muera el neoliberalismo y el imperialismo del infierno!
Desde adentro tú vienes con justicia y, tu consigna,
es que cese la exclusión en esta Patria hermosa
que te dio vida y aliento.
Oigo un silbido entre tus ramas
y un canto de espenza cuando te acaricia el viento,
y se anida la alegría en mi pecho
al saber que tú cuentas con el favor del eterno;
con los del campo, con los del cerro,
con el "indio", el blanco y el negro.
Árbol grande, árbol bello:
mira hacia el norte, hacia el sur, hacia el este y
el oeste y extiéndote hacia ellos.
Todos esperan de ti, abrigo, calzado y sustento;
pero, ¿Qué harás? ¿Tendrás la avaricia del usurero
o serás como el buen mercader que de último
ve el dinero y no le importa que sus ganancias sen pocas,
porque para él el ayudar está primero?
Árbol grande, árbol bello:
en tu savia no hay maldad porque tú vienes desde adentro;
desde el alma del amor, desde lo humilde y sincero.
Tú eres fruto de la unidad profunda y grande de este pueblo....
Árbol hermoso y misionero,
que no se detenga tu obra de oasis,
porque en nuestra Patria grande aun abundan los desiertos.
Si multiplicas los panes como lo hizo el Nazareno,
ya no habrá necesidades,
árbol grande y misionero.


Árbol grande y misionero.
Autor:
Maximino Amado M.P.
(Poema dedicado al comandante supremo
de la República Bolivariana de Venezuela,
Presidente Hugo Rafael Chávez Frias,
hoy día de su LIX anivesario).

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