sábado, 16 de noviembre de 2013

SALMOS 8

     
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Comentario a Salmos 08
Salmos 8
La gloria de Dios y la honra del hombre
Al músico principal; sobre Gitit. Salmo de David.
1 ¡Oh Jehová, Señor nuestro, 
Cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra! 
Has puesto tu gloria sobre los cielos; 
2 De la boca de los niños y de los que maman, fundaste la fortaleza, 
A causa de tus enemigos, 
Para hacer callar al enemigo y al vengativo. 
3 Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, 
La luna y las estrellas que tú formaste, 
4 Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, 
Y el hijo del hombre, para que lo visites?
5 Le has hecho poco menor que los ángeles, 
Y lo coronaste de gloria y de honra. 
6 Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; 
Todo lo pusiste debajo de sus pies:
7 Ovejas y bueyes, todo ello, 
Y asimismo las bestias del campo, 
8 Las aves de los cielos y los peces del mar; 
Todo cuanto pasa por los senderos del mar. 
9 ¡Oh Jehová, Señor nuestro, 
Cuán grande es tu nombre en toda la tierra!.
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Tomado de "Comentario Exegético-Devocional A Toda La Biblia."
Libros poéticos -Salmos Tomo-1. Editorial CLIE.
Este salmo es una solemne meditación sobre la gloria y la grandeza de Dios. Empieza y termina con el mismo reconocimiento de la excelencia trascendente del nombre de Dios. Para probar la gloria de Dios, el salmista cita ejemplos de su bondad con el hombre, pues la gloria de Dios es su bondad majestuosa. Dios debe ser glorificado: l. Por darnos a conocer su persona y su gran nombre (v. 1).II. Por hacer uso de los más débiles hijos de los hombres para que sirvan a sus designios (v. 2).III. Por hacer que hasta los cuerpos celestes estén al servicio del hombre (vv. 3, 4). IV. Por hacer al hombre señor de las criaturas del mundo terrestre, poniéndole así en un nivel ligeramente inferior al de los ángeles (vv. 5-8). Este salmo se aplica en el Nuevo Testamento a Cristo y a la obra de la redención que llevó a cabo; el honor que los niños pequeños le tributan (v. 2, comp. Con Mt. 21:16), y el honor que Él otorga a los hijos de los hombres, tanto en su humillación, cuando fue hecho un poco menor que los ángeles, como en su exaltación, al ser coronado de gloria y honor. Comparar los vv. 5 y 6 con 1 Co. 15:27 y He. 2:6-8.
Versículos 1-2
El salmo va dirigido, como en otras ocasiones, al director de música del santuario, sobre Guittit, que no sabemos exactamente qué significa (¿sobre la guetea?). El salmo es de David, y en él se propone dar al nombre de Dios la gloria que se merece. Dos cosas admira David aquí:
1. La forma manifiesta en que despliega Dios su gloria (v. 1). Se dirige a Dios con toda humildad y reverencia, como al Señor Soberano de su pueblo: «¡Oh Yahweh, Señor nuestro...!» (hebr. Yahweh Adoneynu). Si de veras creemos que Dios es nuestro Soberano, hemos de reconocerle y obedecerle como súbditos suyos. (A) Con qué esplendor brilla la gloria de Dios incluso en este mundo de abajo: «¡Cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra!" Las obras de la creación y de la providencia muestran y proclaman al mundo entero que hay un Ser infinito (Ro. 1: 19, 20). Sin letras ni sonido de palabras, se ve y se oye en la creación el nombre de Dios. (B) Con cuánto mayor esplendor brilla en el mundo de arriba: «Has puesto tu gloria (lit. alabanza) sobre los cielos.» (a) Dios es infinitamente más glorioso y excelente que las más nobles criaturas y las que más esplendorosamente brillan. (b) Mientras que en la tierra sólo oímos y alabamos el excelente nombre de Dios, los ángeles y los espíritus bienaventurados ven arriba su gloria y la alaban, pero, aun así, El está exaltado muy por encima de la bendición y alabanza de ellos. (c) Al exaltar al Señor Jesús a la diestra de Dios, siendo el Hijo el resplandor de la gloria del Padre y la fiel representación de su ser real (He. 1 :3), Dios ha puesto su gloria por encima de los cielos, muy por encima de todos los \ principados y potestades.
2. El poder con que lo proclama por medio de las más débiles criaturas (v. 2): «Por boca de los niños y de los que maman, afirmas tu «fortaleza», esto es, la perfecta alabanza de tu fortaleza (Mt. 21:16). Esto insinúa la gloria de Dios: (A) En el reino de la naturaleza. El interés que tiene Dios en los niños pequeños (quienes, cuando vienen a este mundo son más desvalidos que los animales), la especial protección que les da y la provisión que la naturaleza les suministra, todo ello debería ser reconocido por cada uno de nosotros, para gloria de Dios, como un gran ejemplo de su poder y de su bondad; tanto más cuanto que todos nos hemos beneficiado de ello. (B) En el reino de la Providencia. En el gobierno del mundo terrestre, Dios hace uso de los hijos de los hombres.
(C) En el reino de la gracia, que es el reino del Mesías. Aquí podríamos ~ ver aludidos de alguna manera a los apóstoles, quienes siendo considerados casi como bebés en erudición, «hombres sin letras y del vulgo» (Hch. 4:13), bajos y despreciables, por medio de la locura de su predicación, " habían de echar abajo el reino del diablo, del mismo modo que fueron derribadas con el sonido de cuernos de carnero las murallas de Jericó. El Evangelio es llamado el brazo del Señor y el bastón de su fuerza, pues estaba designado a obrar maravillas, no de la boca de filósofos, oradores, políticos o estadistas, sino de un grupo de pobres e iletrados pescadores.
Oímos a los niños clamar: «Hosanna al Hijo de David», mientras los principales sacerdotes y los fariseos no le reconocían como a tal. A veces, la gracia de Dios se manifiesta maravillosamente en algunos niños, " enseñando conocimiento y haciendo entender el mensaje a los destetados y recién retirados de los pechos (Is. 28:9). El poder de Dios se manifiesta muchas veces en su Iglesia por medio de instrumentos débiles y humanamente ineptos.
Versículos 3-9
Continúa aquí David engrandeciendo el honor de Dios al exponer los honores que Dios ha otorgado al hombre, especialmente a Jesucristo Hombre. Las condesce