Hoy vemos (algunos con orgullo y otros con desprecio)
el retrato pintoresco de la bondad y el lienzo magistral
del humanismo.
¿Qué torbellino tan sabio es este
que hoy está forjando su propio destino?
Como las aves del cielo
que con ramitas secas van haciendo sus nidos,
así los pobres de esta tierra;
los del barrio y los campesinos,
demuestran que si pueden andar para hacer camino...
¿Quién a visto a la bondad gloriosa
iluminando con su antorcha
la mente de los ancianos, de los jóvenes y niños?
¡Que alegres están en sus casas
aquellos que vivieron marginados en sus ranchitos!
Hoy vemos a la bondad
extendiendo sus manos a amigos y a enemigos...
Para ella no hay distingo de color o raza (blanco, negro o indio)
ni de status social (pobre, de clase media o rico).
Pero, como heroína que es,
la bondad levanta su lanza (más que todo)
para defender a los excluidos...
Por ellos ella aboga, ríe y llora con amor ágape!
En su lucha por los desposeídos
ella es como un diestro arquero
que nunca pierde su tino
y, aunque tiene muchos rostros
(En el pasado: el de Bolívar,
el de Miranda, el de Sandino...),
al final siempre es el mismo.
Hoy vemos la faz y la obra de la bondad reflejada
en la sonrisa y la mirada de los redimidos.
Se están rompiendo las cadenas de la ignorancia
con la luz del conocimiento (la lámpara está encendida).
Con la salud gratuita para todos
¡Se están desvaneciendo los lúgubres abismos!
Vivienda, empleo, poder y protagonismo del pueblo
es lo que estamos viendo con el brioso galope de la bondad.
¡Qué brillen como estrellas cercanas y no fugaces
Los que le dan vida y sentido a la caridad,
y los que predican y hacen el humanismo!
¡Qué reine la bondad y el humanismo de Cristo!
Bondad y humanismo
Autor:
Maximino Amado M.P.