Cuando vemos el amor por el ojo erótico de Venus,
¿qué es lo que vemos? ¿Acaso no es un infierno?
El hombre consideró tan bello el amor
que le hizo un altar en el cielo.
A una piedra espacial que al astro sol circunda
le tocó como fortuna
llevar el nombre de Venus;
de aquella diosa bella.
¡Oh, amor, qué inhóspito te hizo nuestra estrella,
esa gran lumbrera que nos da calor!
¡Hoy causan más daño tus espinas!
Tus dagas estuvieron escondidas en nuestra inocencia
esperando con paciencia este día.
Cuando las almas despiertan, en realidad no ven
lo que ayer creían verdad,
sino que ven lo que siempre fue mentira!
¿Quién puede ser nómada o sedentario
en el eros de este mundo
sin ver y sentir el cuerpo desnudo y calcinante de Afrodita?
Hoy el corazón palpita
en su nido de iluciones.
Mañana sus latidos serán pobres
cuando le toque nadar
en las aguas turbias del quebranto,
y sienta los pinchazos
de descomunales espinas.
Venus, Eros o Afrodita,
no importa como te llames,
o si eres de nacionalidad griega o latina!
Lo triste es que no eres como te pintan.
¡Tú eres cual nube pasajera!
Eres como una simple brizna
que llega de pronto,
como de pronto viene el llanto
cuando se va tu sonrisa.
Lo que siempre fue mentira.
Original de:
Maximino Amado M. P.